Día de Partido de Semifinal.-
Ya va quedando menos. Día definitivo para asegurar una medalla y quizás se nos note algo más de tensión, intranquilidad; ese gusanillo. Desayunamos tarde, como casi siempre, y sin tener nada decidido previamente salimos hacia la zona de Piscinas.
Nos equivocamos al elegir la ruta ya que nos pareció mejor lo conocido, el camino hacía Buggerro, que la opción quizás más larga por la autovía a Oristano. Nos tragamos las cien mil curvas hasta Fluminimagiore, y aún quedaban unos 30 km hasta Piscinas, cuando decidimos (con Isabel bastante provocada y alguno que otro casi a punto) acortar y tirar hacia la playa más cercana Potixedu-San Nicolao. Para nuestra sorpresa era buenísima playa, de unos 4 km de arena blanca, de poca profundidad, como todas, y casi sin gente. Un bañito mientras Domingo se caminó la playa de arriba abajo, y decidimos volver al restaurante de los calamares del martes, que ya sabíamos que estaba cercano. Igual de buenos.
La vuelta la hicimos por la carretera que ya conocíamos y esta vez, me tocó a mí pelear para no quedarme dormido en el coche pero no lo conseguí, y como delante no tienes apoyo, cuando me quedé dormido por poco no se rompe el cuello de la cabezada (sentí como me despertaba cuando se me caía la cabeza); nos reímos bastante. Tras la agradecida ducha en el hotel salimos hacia semifinales a las 19.00.
Llegamos con el Italia-Bélgica ya jugándose y vimos como la jugadora nº 10 belga (que es clavada a Ana Amelia Franco, del Torbellino, por el físico y la actitud en el campo) le ganó el partido a las italianas, que no hicieron nada para frenarla. Se lo tiró todo y falló más que nadie, pero también metió, con las italianas mirando y fallando en ataque cada vez.
Nuestra semifinal, resultó algo más sufrida que los anteriores partidos. Las turcas habían aprendido de la derrota del miércoles y además contaba con la pivot nº 13, Coklar. Empezamos bien en ataque pero las turcas respondían y se acercaban; Coklar nos ponía en problemas jugando de espaldas y Zenaida, que lo hizo bien, necesitaba ayudas cuando la nº 13 ponía el balón en el suelo para recular. Las 2 faltas de Leticia la mandaron al banquillo y el ataque se resintió con Arrojo fallando de cara al aro. En el segundo cuarto las turecas plantearon una zona 2-3 que saltaba a presionar cuando nuestra base cruzaba el mediocampo, pero se pudo ataque con penetraciones ya que en los triples no tuvimos el mejor día. Aun así nos fuimos al vestuario 7 arriba.
El tercer cuarto resultó, como casi siempre, definitivo; con Lizarazu defendiendo de nuevo y Leticia y Arrojo más entonadas y Zenaida imponiéndose en los rebotes, se produjo el despegue definitivo y la selección turca se dio por vencida. Una técnica al banquillo por gritar las jugadoras en un tiro libre, acabó de decantar las decisiones arbitrales contra las turcas a las que les marcaron unas 5 personales en ataque, y los 2 equipos decidieron dejar el partido resuelto y preparar la jornada final, dando minutos a casi todas las jugadoras (Pilar Navarro, no jugó) y ensayando ya la defensa cara a cara contra la nº 10 belga.
Tod@s muy contentos, vinimos a jugar la final y ya hemos llegado. Mañana Asadero en la “mansión” Lizarazu y por la noche, después de que España se cuelgue el oro (espero) la Federación invitará a cenar a los padres, según Paco Apeles nos dijo.
Que así sea.
Ya va quedando menos. Día definitivo para asegurar una medalla y quizás se nos note algo más de tensión, intranquilidad; ese gusanillo. Desayunamos tarde, como casi siempre, y sin tener nada decidido previamente salimos hacia la zona de Piscinas.
Nos equivocamos al elegir la ruta ya que nos pareció mejor lo conocido, el camino hacía Buggerro, que la opción quizás más larga por la autovía a Oristano. Nos tragamos las cien mil curvas hasta Fluminimagiore, y aún quedaban unos 30 km hasta Piscinas, cuando decidimos (con Isabel bastante provocada y alguno que otro casi a punto) acortar y tirar hacia la playa más cercana Potixedu-San Nicolao. Para nuestra sorpresa era buenísima playa, de unos 4 km de arena blanca, de poca profundidad, como todas, y casi sin gente. Un bañito mientras Domingo se caminó la playa de arriba abajo, y decidimos volver al restaurante de los calamares del martes, que ya sabíamos que estaba cercano. Igual de buenos.
La vuelta la hicimos por la carretera que ya conocíamos y esta vez, me tocó a mí pelear para no quedarme dormido en el coche pero no lo conseguí, y como delante no tienes apoyo, cuando me quedé dormido por poco no se rompe el cuello de la cabezada (sentí como me despertaba cuando se me caía la cabeza); nos reímos bastante. Tras la agradecida ducha en el hotel salimos hacia semifinales a las 19.00.
Llegamos con el Italia-Bélgica ya jugándose y vimos como la jugadora nº 10 belga (que es clavada a Ana Amelia Franco, del Torbellino, por el físico y la actitud en el campo) le ganó el partido a las italianas, que no hicieron nada para frenarla. Se lo tiró todo y falló más que nadie, pero también metió, con las italianas mirando y fallando en ataque cada vez.
Nuestra semifinal, resultó algo más sufrida que los anteriores partidos. Las turcas habían aprendido de la derrota del miércoles y además contaba con la pivot nº 13, Coklar. Empezamos bien en ataque pero las turcas respondían y se acercaban; Coklar nos ponía en problemas jugando de espaldas y Zenaida, que lo hizo bien, necesitaba ayudas cuando la nº 13 ponía el balón en el suelo para recular. Las 2 faltas de Leticia la mandaron al banquillo y el ataque se resintió con Arrojo fallando de cara al aro. En el segundo cuarto las turecas plantearon una zona 2-3 que saltaba a presionar cuando nuestra base cruzaba el mediocampo, pero se pudo ataque con penetraciones ya que en los triples no tuvimos el mejor día. Aun así nos fuimos al vestuario 7 arriba.
El tercer cuarto resultó, como casi siempre, definitivo; con Lizarazu defendiendo de nuevo y Leticia y Arrojo más entonadas y Zenaida imponiéndose en los rebotes, se produjo el despegue definitivo y la selección turca se dio por vencida. Una técnica al banquillo por gritar las jugadoras en un tiro libre, acabó de decantar las decisiones arbitrales contra las turcas a las que les marcaron unas 5 personales en ataque, y los 2 equipos decidieron dejar el partido resuelto y preparar la jornada final, dando minutos a casi todas las jugadoras (Pilar Navarro, no jugó) y ensayando ya la defensa cara a cara contra la nº 10 belga.
Tod@s muy contentos, vinimos a jugar la final y ya hemos llegado. Mañana Asadero en la “mansión” Lizarazu y por la noche, después de que España se cuelgue el oro (espero) la Federación invitará a cenar a los padres, según Paco Apeles nos dijo.
Que así sea.
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