Pepe Herrera, enviado especial a Cagliari (Italia)
Primer día de partido.-
No nos levantamos temprano, pero fuimos a desayunar a las 9.30 a un bar que tiene concertado el hotel a base de bonos que pensamos que incluían algo más, pero se reducía el desayuno a un capuccino (eso sí, estaba bueno), una pasta (donut,…) o mini-pizza y agua, para que no nos atoráramos con el atracón.
Con la barriguita llena (jejej) con Isabel y Domingo nos fuimos caminado a buscar el Pallarockefeller donde se jugaría el partido a la tarde, unos 25-30 minutos, mientras Fernando y Teresa llevaban las mochilas y demás bártulos en el coche; se medio perdieron y llegamos nosotros antes que ellos. Estaba cerrado, así que a la playa.
Pasamos a ver la playa del Poetto que está en el mismo Cagliari (8 km) pero como os pareció poco nos fuimos a buscar la playa de Villasimius a unos 45 Km, por carretera costera con tráfico. Se veían bastantes calas con agua transparente pero seguimos hasta el final que parecía que no llegaba nunca. Baño, fotos y a buscar sitio para comer; todo algo caro y no de mediana presencia, así que de vuelta a Cagliari pensando en parar por el camino. No pudo ser y acabamos en el socorrido Mc Donalds de cerca del hotel a las 5 de la tarde.
Duchita y para el partido. Llegamos y ya estaban allí las chicas a las que no nos acercamos porque estaban bastante concentradas esperando que terminara el partido que precedía al nuestro. No había demasiado público para ser el equipo local el que jugaba a continuación.
Comienza el partido y se les nota tensas; campo atrás después del salto inicial, 3 contraataques nuestros fallados y las italianas se ponen 2-0. Con una muy buena defensa de la línea de pase en las exteriores y con saltos a la ayuda de todas en cuanto había un intento de penetración, nuestras chicas le colocaron un parcial de 0-18 que sólo se rompió con una canasta italiana en el último minuto del cuarto.
Para el segundo cuarto las italianas pretendieron refugiarse en una zona 2-3, que medio les funcionó al principio, pero en cuanto las españolas se ajustaron con circulación rápida del balón y el juego entre pívots, se vieron otra vez muy atrás en el marcador porque la defensa española seguía funcionando. Así ya hasta el final, en la segunda parte con un buen acierto en los triples y controlando en defensa llegamos a los 60 puntos de diferencia finales a las anfitrionas. Las demás selecciones estarán ya temblando.
Tod@s contentísimos al final del partido, abrazos padres-madres-hijas-amigas y tras los comentarios postpartido de todos, nos fuimos para el centro y hasta 18 nos juntamos a cenar en una pizzería (Ampurias de nombre, pero italiana) que acabamos a la 1.00.
Bueno, mañana será otro día; el segundo.
No nos levantamos temprano, pero fuimos a desayunar a las 9.30 a un bar que tiene concertado el hotel a base de bonos que pensamos que incluían algo más, pero se reducía el desayuno a un capuccino (eso sí, estaba bueno), una pasta (donut,…) o mini-pizza y agua, para que no nos atoráramos con el atracón.
Con la barriguita llena (jejej) con Isabel y Domingo nos fuimos caminado a buscar el Pallarockefeller donde se jugaría el partido a la tarde, unos 25-30 minutos, mientras Fernando y Teresa llevaban las mochilas y demás bártulos en el coche; se medio perdieron y llegamos nosotros antes que ellos. Estaba cerrado, así que a la playa.
Pasamos a ver la playa del Poetto que está en el mismo Cagliari (8 km) pero como os pareció poco nos fuimos a buscar la playa de Villasimius a unos 45 Km, por carretera costera con tráfico. Se veían bastantes calas con agua transparente pero seguimos hasta el final que parecía que no llegaba nunca. Baño, fotos y a buscar sitio para comer; todo algo caro y no de mediana presencia, así que de vuelta a Cagliari pensando en parar por el camino. No pudo ser y acabamos en el socorrido Mc Donalds de cerca del hotel a las 5 de la tarde.
Duchita y para el partido. Llegamos y ya estaban allí las chicas a las que no nos acercamos porque estaban bastante concentradas esperando que terminara el partido que precedía al nuestro. No había demasiado público para ser el equipo local el que jugaba a continuación.
Comienza el partido y se les nota tensas; campo atrás después del salto inicial, 3 contraataques nuestros fallados y las italianas se ponen 2-0. Con una muy buena defensa de la línea de pase en las exteriores y con saltos a la ayuda de todas en cuanto había un intento de penetración, nuestras chicas le colocaron un parcial de 0-18 que sólo se rompió con una canasta italiana en el último minuto del cuarto.
Para el segundo cuarto las italianas pretendieron refugiarse en una zona 2-3, que medio les funcionó al principio, pero en cuanto las españolas se ajustaron con circulación rápida del balón y el juego entre pívots, se vieron otra vez muy atrás en el marcador porque la defensa española seguía funcionando. Así ya hasta el final, en la segunda parte con un buen acierto en los triples y controlando en defensa llegamos a los 60 puntos de diferencia finales a las anfitrionas. Las demás selecciones estarán ya temblando.
Tod@s contentísimos al final del partido, abrazos padres-madres-hijas-amigas y tras los comentarios postpartido de todos, nos fuimos para el centro y hasta 18 nos juntamos a cenar en una pizzería (Ampurias de nombre, pero italiana) que acabamos a la 1.00.
Bueno, mañana será otro día; el segundo.
Segundo día de partido.-
Como habíamos quedado en desayunar sobre las 10 pues nos fuimos al Café Centrale a por nuestro capuccino (que Teresa cambió por zumo de naranja), Fernando con más sueño que otra cosa, que el chiquillo no se acostumbra a horarios tan mañaneros.
Después de terminar con internet algunos e Isabel de lavar y tender el segundo turno de ropa que Leti le ha traspasado, arrancamos con el coche a buscar el pabellón del partido de la tarde de hoy, porque teníamos la duda de que fuera otro. Esta realmente cerca en distancia, unos 2,5 km, pero con unas pendientes que ni el Tourmalet. Bueno era allí, en la ciudad universitaria.
Comprobado el tema salimos a buscar la playa Torre Chía, en Domus de María, más allá de Pula (unos 40 km), hacia el lado izquierdo de la isla. Con mejor carretera y menos tráfico que ayer, no tardamos en llegar y nos plantamos en la arena. Unos bañitos, la foto típica con la torre al fondo, y a buscar donde comer. A lo seguro, comida rápida en Cagliari. Ducha rápida y todos caminando para el pabellón. Palizón cuesta arriba con Domingo haciendo unos demarrajes que ni el mejor Perico Delgado; llegamos bien para la hora de inicio (19.00).
El partido quedo un poco menos lucido en el juego desde que se abrió brecha en el marcador con las más titulares y se empezaron las rotaciones, con la segunda unidad hoy un poco más relajada y dejando algunos huecos en la defensa. La segunda parte algo mejor las nuestras y peor las finlandesas que sólo metieron 9 en estos últimos 20 minutos. Pudimos seguir las estadísticas por el teléfono ya que el padre de Ariadna se había hecho con las contraseñas de las wi-fi de los pabellones.
En fin, 100-27, y para casa y rapidito que habíamos quedado para cenar; nueva caminata, primer tramo con una pendiente de un 8 % y después el descenso hasta el hotel. Cambio de ropa (Fernando se queda por obligaciones “conyugales” y a buscar el restaurante que habían reservado y que estaba por el centro.
Este sí que fue un atracón de comida (y a estas horas): caracoles, jamón, queso, verduras a la plancha, vinagretas, rabanillos, tomates cherry y cebollas con sabor a anís, albóndigas y cuando pensábamos que se había terminado llegó la carne (cochinillo y cordero), pastas y café. Salía el menú 25 € que se quedaron en 30 € por las cervezas y el redondeo. Bueno las 1.45 y a dormir.
Como habíamos quedado en desayunar sobre las 10 pues nos fuimos al Café Centrale a por nuestro capuccino (que Teresa cambió por zumo de naranja), Fernando con más sueño que otra cosa, que el chiquillo no se acostumbra a horarios tan mañaneros.
Después de terminar con internet algunos e Isabel de lavar y tender el segundo turno de ropa que Leti le ha traspasado, arrancamos con el coche a buscar el pabellón del partido de la tarde de hoy, porque teníamos la duda de que fuera otro. Esta realmente cerca en distancia, unos 2,5 km, pero con unas pendientes que ni el Tourmalet. Bueno era allí, en la ciudad universitaria.
Comprobado el tema salimos a buscar la playa Torre Chía, en Domus de María, más allá de Pula (unos 40 km), hacia el lado izquierdo de la isla. Con mejor carretera y menos tráfico que ayer, no tardamos en llegar y nos plantamos en la arena. Unos bañitos, la foto típica con la torre al fondo, y a buscar donde comer. A lo seguro, comida rápida en Cagliari. Ducha rápida y todos caminando para el pabellón. Palizón cuesta arriba con Domingo haciendo unos demarrajes que ni el mejor Perico Delgado; llegamos bien para la hora de inicio (19.00).
El partido quedo un poco menos lucido en el juego desde que se abrió brecha en el marcador con las más titulares y se empezaron las rotaciones, con la segunda unidad hoy un poco más relajada y dejando algunos huecos en la defensa. La segunda parte algo mejor las nuestras y peor las finlandesas que sólo metieron 9 en estos últimos 20 minutos. Pudimos seguir las estadísticas por el teléfono ya que el padre de Ariadna se había hecho con las contraseñas de las wi-fi de los pabellones.
En fin, 100-27, y para casa y rapidito que habíamos quedado para cenar; nueva caminata, primer tramo con una pendiente de un 8 % y después el descenso hasta el hotel. Cambio de ropa (Fernando se queda por obligaciones “conyugales” y a buscar el restaurante que habían reservado y que estaba por el centro.
Este sí que fue un atracón de comida (y a estas horas): caracoles, jamón, queso, verduras a la plancha, vinagretas, rabanillos, tomates cherry y cebollas con sabor a anís, albóndigas y cuando pensábamos que se había terminado llegó la carne (cochinillo y cordero), pastas y café. Salía el menú 25 € que se quedaron en 30 € por las cervezas y el redondeo. Bueno las 1.45 y a dormir.
Tercer día de partido.-
Con el horario de juego del mediodía (14.30) no tuvimos margen de maniobra para salidas hoy así que nos quedamos en Cagliari, desayunamos un poco más tarde porque el cansancio de la caminata del día anterior y la copiosa cena hasta tan tarde hizo que las sábanas se le pegaran a más de un@.
Hicimos tiempo como pudimos conectados a internet algunos, de paseo otros y terminando la colada Isabel, hasta las 13.00 en que salimos, en coche, para el Pallarockefeller. Domingo no; él fue caminando para no perder la costumbre, a pesar del calor que hacía a esa hora.
Casi abrimos el pabellón, después fueron llegando el resto de padres y algunos húngaros. Al salir las chicas vimos que faltaba Zenaida que se notó molestias en el hombro y no jugaría este partido.
El partido de hoy se preveía más fácil de lo que al final resultó. Salía España con un cinco inicial con la baja de Zenaida Pérez por una tendinitis en el hombro producto de un golpe tonto del partido de ayer y su ausencia se notó en estos primeros instantes del partido en los que las húngaras a base de dominio del rebote, velocidad y penetraciones se mantuvieron por delante un buen rato en el marcador. La reacción española se produjo, como no, desde la defensa, apretando las líneas de pase.
Las húngaras hacía una defensa que empezaba individual y se convertía en zona a los pocos pases; esto costó asimilarlo a nuestro ataque que por momentos parecía no saber cuál de los múltiples sistemas ofensivos tenía que utilizar, perdiéndose más balones de los acostumbrados por malos pases y recepciones de balón lo que unido a la falta de acierto en el tiro, no permitía al conjunto español despegarse como las jornadas anteriores.
Cuando tras el descanso se reunió de nuevo al quinteto inicial, volvieron las sensaciones de las jornadas pasadas, con buena defensa, robos de balón y pases de contraataque con canasta fácil (parcial de 0-15) que disparó la ventaja alrededor de los 30 puntos que el resto de las componentes de las rotaciones de España si pudo mantener.
Leticia tuvo buenos momentos en defensa, fue la máxima reboteadora y dio las asistencias que ayudaron al despegue definitivo del encuentro. Conchi anduvo más en el partido que otros días, pero no muy acertada de cara al aro.
Besos, abrazos y ánimos para las chicas al salir del vestuario y a comer que eran más de las 4. Teresa no tenía hambre porque se había metido bocadillo y medio en el pabellón. Fueron unos calamares con chips y el helado.
Nos preparamos en internet para ver el partido de la U18 pero en el descanso adiós a la conexión, que no se recuperó hasta los fatídicos últimos 13 segundos con esa pérdida de balón. Bueno, iban para oro y lucharán por el bronce. La sesión de Basket continuaba con la sénior masculina en la Sexta, pero tras el primer cuarto y con 2 partidos de hoy vistos nos fuimos a tomar un bocadillo en la Gelatería de en enfrente que estaba hasta arriba, como todo este barrio céntrico con un ambientazo hasta muy tarde.
Mañana toca descanso de partido al pasar a la 2ª fase y nos prestarán a las niñas de 17.30 a 20.00.
Con el horario de juego del mediodía (14.30) no tuvimos margen de maniobra para salidas hoy así que nos quedamos en Cagliari, desayunamos un poco más tarde porque el cansancio de la caminata del día anterior y la copiosa cena hasta tan tarde hizo que las sábanas se le pegaran a más de un@.
Hicimos tiempo como pudimos conectados a internet algunos, de paseo otros y terminando la colada Isabel, hasta las 13.00 en que salimos, en coche, para el Pallarockefeller. Domingo no; él fue caminando para no perder la costumbre, a pesar del calor que hacía a esa hora.
Casi abrimos el pabellón, después fueron llegando el resto de padres y algunos húngaros. Al salir las chicas vimos que faltaba Zenaida que se notó molestias en el hombro y no jugaría este partido.
El partido de hoy se preveía más fácil de lo que al final resultó. Salía España con un cinco inicial con la baja de Zenaida Pérez por una tendinitis en el hombro producto de un golpe tonto del partido de ayer y su ausencia se notó en estos primeros instantes del partido en los que las húngaras a base de dominio del rebote, velocidad y penetraciones se mantuvieron por delante un buen rato en el marcador. La reacción española se produjo, como no, desde la defensa, apretando las líneas de pase.
Las húngaras hacía una defensa que empezaba individual y se convertía en zona a los pocos pases; esto costó asimilarlo a nuestro ataque que por momentos parecía no saber cuál de los múltiples sistemas ofensivos tenía que utilizar, perdiéndose más balones de los acostumbrados por malos pases y recepciones de balón lo que unido a la falta de acierto en el tiro, no permitía al conjunto español despegarse como las jornadas anteriores.
Cuando tras el descanso se reunió de nuevo al quinteto inicial, volvieron las sensaciones de las jornadas pasadas, con buena defensa, robos de balón y pases de contraataque con canasta fácil (parcial de 0-15) que disparó la ventaja alrededor de los 30 puntos que el resto de las componentes de las rotaciones de España si pudo mantener.
Leticia tuvo buenos momentos en defensa, fue la máxima reboteadora y dio las asistencias que ayudaron al despegue definitivo del encuentro. Conchi anduvo más en el partido que otros días, pero no muy acertada de cara al aro.
Besos, abrazos y ánimos para las chicas al salir del vestuario y a comer que eran más de las 4. Teresa no tenía hambre porque se había metido bocadillo y medio en el pabellón. Fueron unos calamares con chips y el helado.
Nos preparamos en internet para ver el partido de la U18 pero en el descanso adiós a la conexión, que no se recuperó hasta los fatídicos últimos 13 segundos con esa pérdida de balón. Bueno, iban para oro y lucharán por el bronce. La sesión de Basket continuaba con la sénior masculina en la Sexta, pero tras el primer cuarto y con 2 partidos de hoy vistos nos fuimos a tomar un bocadillo en la Gelatería de en enfrente que estaba hasta arriba, como todo este barrio céntrico con un ambientazo hasta muy tarde.
Mañana toca descanso de partido al pasar a la 2ª fase y nos prestarán a las niñas de 17.30 a 20.00.
Primer Día de Descanso de Partido.-Pues eso, como no hay partido hoy al pasar de la fase preliminar a la clasificatoria no se juegan partidos hoy, pero no tenemos excursión porque dejan a las niñas están con los padres un ratito por la tarde.
Lo del descanso por nuestra parte ha sido algo relativo. Después del desayuno, que lo hicimos hoy en otra cafetería, al lado de la de diario que cerró por ser domingo, nos dispusimos a recorrer parte del casco histórico de la ciudad, que queda en los alrededores del hotel.
Parecía que el día había salido nublado, pero cambió y se quedó un sol mediterráneo de los que pega fuerte. Subimos (aquí siempre hay pendiente) por una calle comercial con casi todas las tiendas cerradas, y nos encontramos con el Bastión de St. Remy, que parece la parte adelantada de la muralla de la ciudad, pero que han convertido en una sala de exposición, esta semana de los escudos e historia de la isla, con una reproducción de la bula papal en al que se entregaba a Jaime (aquí Giacomo) II de Aragón la propiedad de la isla en 1257 creo recordar.
Por unos ascensores pudimos subir a la parte alta que la utilizan de mirador panorámico de la ciudad y de zona de copas, con sus sofás tipo chill-out y varios bares. De allí salimos hacia la Torre del Elefante que es cuadrada de unos 40m. y por el interior se sube por unas escaleras de madera. Afortunadamente estaba cerrada y no pudimos subir. En este punto, Domingo se encontró mal y nos abandonó calle abajo hacia el hotel. Nosotros seguimos el descenso por otro camino para pasar por unas iglesias, el hospital y el Ayuntamiento, para volver también al hotel. Con un panne (bocadillo) hicimos el almuerzo, que todavía estamos resacosos del atracón nocturno, y nos fuimos a las habitaciones a reposar.
Sobre las cinco, Fernando y Teresa fueron a por las niñas al Pallarockefeller donde habían terminado el entrenamiento y 8 en total con sus respectivas familias vinieron a la Gelatería que tenemos cercana a estar un rato juntos y tomarnos algo (alguna se echó una copa tipo champion). Estuvieron un ratito por unos puestos ambulantes comprando fundas para móviles, relojes, pulseras,… A la hora de salir, como no, Conchi, Teresa, Zenaida y Carolina (DS), se habían esfumado porque Conchi buscaba desesperadamente dónde comerse una hamburguesa. Pudimos seguir el resultado del partido de la U18, alegrándonos mucho del partidazo de Yurena y Astou.
Mientras Fernando y Teresa devolvían a las nuestras a su hotel nos fuimos a la pizzería del primer día a por una cena ligerita de ensalada y agua, que hay que volver los niveles de todo a su sitio. Aparecieron más tarde los 2 transportistas, que se entretuvieron tras la descarga por la invitación de Paco Apeles en el hotel.
Cerramos el día viendo el partido del siglo por internet. Ya saben 2-2.
Lo del descanso por nuestra parte ha sido algo relativo. Después del desayuno, que lo hicimos hoy en otra cafetería, al lado de la de diario que cerró por ser domingo, nos dispusimos a recorrer parte del casco histórico de la ciudad, que queda en los alrededores del hotel.
Parecía que el día había salido nublado, pero cambió y se quedó un sol mediterráneo de los que pega fuerte. Subimos (aquí siempre hay pendiente) por una calle comercial con casi todas las tiendas cerradas, y nos encontramos con el Bastión de St. Remy, que parece la parte adelantada de la muralla de la ciudad, pero que han convertido en una sala de exposición, esta semana de los escudos e historia de la isla, con una reproducción de la bula papal en al que se entregaba a Jaime (aquí Giacomo) II de Aragón la propiedad de la isla en 1257 creo recordar.
Por unos ascensores pudimos subir a la parte alta que la utilizan de mirador panorámico de la ciudad y de zona de copas, con sus sofás tipo chill-out y varios bares. De allí salimos hacia la Torre del Elefante que es cuadrada de unos 40m. y por el interior se sube por unas escaleras de madera. Afortunadamente estaba cerrada y no pudimos subir. En este punto, Domingo se encontró mal y nos abandonó calle abajo hacia el hotel. Nosotros seguimos el descenso por otro camino para pasar por unas iglesias, el hospital y el Ayuntamiento, para volver también al hotel. Con un panne (bocadillo) hicimos el almuerzo, que todavía estamos resacosos del atracón nocturno, y nos fuimos a las habitaciones a reposar.
Sobre las cinco, Fernando y Teresa fueron a por las niñas al Pallarockefeller donde habían terminado el entrenamiento y 8 en total con sus respectivas familias vinieron a la Gelatería que tenemos cercana a estar un rato juntos y tomarnos algo (alguna se echó una copa tipo champion). Estuvieron un ratito por unos puestos ambulantes comprando fundas para móviles, relojes, pulseras,… A la hora de salir, como no, Conchi, Teresa, Zenaida y Carolina (DS), se habían esfumado porque Conchi buscaba desesperadamente dónde comerse una hamburguesa. Pudimos seguir el resultado del partido de la U18, alegrándonos mucho del partidazo de Yurena y Astou.
Mientras Fernando y Teresa devolvían a las nuestras a su hotel nos fuimos a la pizzería del primer día a por una cena ligerita de ensalada y agua, que hay que volver los niveles de todo a su sitio. Aparecieron más tarde los 2 transportistas, que se entretuvieron tras la descarga por la invitación de Paco Apeles en el hotel.
Cerramos el día viendo el partido del siglo por internet. Ya saben 2-2.
Cuarto día de Partido.-
Como el de hoy es a las 21.15 nos da tiempo para hacer un desplazamiento algo más largo, con lo que tras el desayuno, nos disponemos a salir hacía Buggero, en la costa oeste de la isla, pero más abajo que Oristano. La autovía nos lleva hacia Iglesias para después pasar a ser de un carril por sentido al aproximarse a la zona de playas. Son calas de arena algo ventosas hoy, y con bastante gente.
Nos paramos en Caladoméstica, playita familiar con otra cala más pequeña al lado a la que se accede por un camino de rocas y un pequeño túnel. Teresa y yo fuimos caminando, con muuucho cuidado, y tardamos como 20’ en volver; había que ir viendo donde ponías cada pie y cada mano. Nos bañamos en un agua bastante fría y Fernando y Teresa hasta se tiraron desde las rocas (no más de 1 m. de altura) mientras tomamos el sol y Domingo caminaba por la arena (¿qué raro?).
A pesar de los 4 € del parking, tras sacudirnos la arena, seguimos hacia Buggero, del que sólo vimos algo del puerto deportivo y rápido a buscar per mangiare que eran las 15.30. Después de 2 intentos conseguimos un lugar con un menú asequible a base de calamares, que nos sentaron de lujo.
De vuelta empezó el sopor y la trasera del coche al completa cayó en los brazos de Morfeo (alguno dice estar descansando los párpados). Estábamos de vuelta a las 18.00. Ducha y mientras Domingo salió caminando para el pabellón los demás lo hicimos algo después. Llegamos a la segunda parte del Russia vs. Slovakia que ganaron las primeras con bastantes apuros.
Según fueron llegando los padres españoles se nos iban colocando justo encima en la grada la numerosa y escandalosa afición holandesa todos equipados orange y con cantidad de bocinas. Duraron hasta el descanso, porque el partido si bien estuvo igualado hasta entonces, sobre todo por nuestro poco acierto en ataque (Belén empezó fallona y a Zenaida se le notaba que no estaba bien), en cuanto se apretó la defensa después del descanso y los tiros empezaron a entrar las holandesas ya no pudieron seguir el ritmo y se les acabó la gasolina.
Pretendíamos cenar unas medias pizzas que vimos el día anterior en un restaurante debajo del pabellón, pero a las 23.00 ya los holandeses habían acabado con todo y nos tuvimos que volver a las pizzerías cercanas al hotel a tomarnos algo y acostarnos a las 1.00.
Como el de hoy es a las 21.15 nos da tiempo para hacer un desplazamiento algo más largo, con lo que tras el desayuno, nos disponemos a salir hacía Buggero, en la costa oeste de la isla, pero más abajo que Oristano. La autovía nos lleva hacia Iglesias para después pasar a ser de un carril por sentido al aproximarse a la zona de playas. Son calas de arena algo ventosas hoy, y con bastante gente.
Nos paramos en Caladoméstica, playita familiar con otra cala más pequeña al lado a la que se accede por un camino de rocas y un pequeño túnel. Teresa y yo fuimos caminando, con muuucho cuidado, y tardamos como 20’ en volver; había que ir viendo donde ponías cada pie y cada mano. Nos bañamos en un agua bastante fría y Fernando y Teresa hasta se tiraron desde las rocas (no más de 1 m. de altura) mientras tomamos el sol y Domingo caminaba por la arena (¿qué raro?).
A pesar de los 4 € del parking, tras sacudirnos la arena, seguimos hacia Buggero, del que sólo vimos algo del puerto deportivo y rápido a buscar per mangiare que eran las 15.30. Después de 2 intentos conseguimos un lugar con un menú asequible a base de calamares, que nos sentaron de lujo.
De vuelta empezó el sopor y la trasera del coche al completa cayó en los brazos de Morfeo (alguno dice estar descansando los párpados). Estábamos de vuelta a las 18.00. Ducha y mientras Domingo salió caminando para el pabellón los demás lo hicimos algo después. Llegamos a la segunda parte del Russia vs. Slovakia que ganaron las primeras con bastantes apuros.
Según fueron llegando los padres españoles se nos iban colocando justo encima en la grada la numerosa y escandalosa afición holandesa todos equipados orange y con cantidad de bocinas. Duraron hasta el descanso, porque el partido si bien estuvo igualado hasta entonces, sobre todo por nuestro poco acierto en ataque (Belén empezó fallona y a Zenaida se le notaba que no estaba bien), en cuanto se apretó la defensa después del descanso y los tiros empezaron a entrar las holandesas ya no pudieron seguir el ritmo y se les acabó la gasolina.
Pretendíamos cenar unas medias pizzas que vimos el día anterior en un restaurante debajo del pabellón, pero a las 23.00 ya los holandeses habían acabado con todo y nos tuvimos que volver a las pizzerías cercanas al hotel a tomarnos algo y acostarnos a las 1.00.
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