Sexto Día de Partido.-
Cada día nos levantamos más tarde; hoy fuimos a desayunar a las 10.15; debe ser la buena vida y que no vamos a salir fuera, así que tranquilidad que se nos ha contagiado el ferragosto. Nos pusimos el bañador y la mochila y nos acercamos al principio de la playa del Poetto, aquí en Cagliari. Se aparca muy cerca de la arena y no hay apenas que caminar para llegar a la arena.
Está más o menos bien, pero nada del otro mundo, poca profunda y de vez en cuando llegaba un olor algo desagradable (¿a cloaca?). Como se levantó algo de viento, sobre las 14.30 nos volvimos para quitarnos la sal con una ducha e ir a comer menú de calamares por el que Domingo venía preguntando desde el primer día. Lo tenían en el Restaurant Olimpic y hoy llegamos a tiempo antes de que cerraran la cocina. Se veían pasar platos de mejillones pero estaban fuera del menú. En fin, la relación calidad precio para zona turística no estaba mal.
Un poco de descanso hasta las 17.30 (algunos hasta “siestearon”) y nos fuimos a ver parte de la última jornada de la fase clasificatoria, con el primer puesto casi en el bolsillo. Nada más llegar primera sorpresa, Holanda ganaba (y ganó) a Italia, pero ninguno de los dos se jugaba prácticamente nada, las holandesas quedaban fuera de cuartos y las italianas eran segundas.
Nuestro partido comenzó a continuación; se les veía tensas en el calentamiento, pero concentradas. Así salieron a la cancha con un 16-0 que dejó el partido listo en los primeros minutos, ayudadas también con que la nº 13 turca que no jugó, aunque sí que hizo el calentamiento. La segunda unidad española también mantuvo el tipo y la ventaja se fue ampliando paulatinamente hasta los 48 de diferencia, con las más habituales descansando y evitando cualquier contratiempo en forma de lesión, para afrontar los cuartos ante Grecia. No solo la caja de Fernando estuvo sonando durante el partido; también Teresa, que se compró una bocina de fuelle, estuvo dale que te pego todo el partido. Lucilla Pascua también se acercó a ver el partido con la familia de Víctor Lapeña.
Vimos después un rato de la victoria de Rusia sobre Suecia que les dio el tercer puesto, y nos volvimos al hotel a cenar en la habitación e intentar ver el partido de la supercopa, casi sin éxito.
Mañana descanso y el viernes, cuartos a las 16.45.
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