miércoles, 16 de noviembre de 2022

Leti Romero es una base con una calidad más que contrastada, ya que la canaria lleva coleccionando trofeos de MVP en el mundo del baloncesto prácticamente desde que cogió una pelota naranja por primera vez. Pero, como la buena montaña rusa que es este deporte, su carrera ha estado marcada por altibajos provocados por las lesiones que ha sufrido. Sin duda, la más grave fue la lesión de rodilla que sufrió el 9 de noviembre de 2019, el día en que su vida cambió por completo. Y no solo porque se destrozó la rodilla y tuvieron que reconstruirla en una operación que duró más de cuatro horas, sino porque la rehabilitación de 9 meses que tuvo que hacer supuso un duro reto mental y físico para la base de Gran Canaria.

Fantasmas de lesiones superados, llegaba el momento de demostrar que podía ser la compañera de posición de una jugadora como Cristina Ouviña (élite europea) y no bajar el nivel de la dirección de juego cuando esta no estuviera en pista… y así lo hizo. Porque Leticia Romero no es una base de segunda unidad, es mucho más. 

Tras la desafortunada lesión que ha mantenido alejada a Cristina Ouviña de las pistas durante el último mes, Leticia ha demostrado que es capaz de estar a la altura y ser la líder de un equipo que compite en Euroleague Women, la máxima competición europea, y en una de las ligas más exigentes del mundo como es la Liga Femenina Endesa.

Pero, hablemos de números: sin Ouviña, la base canaria ha pasado de jugar 18:43 minutos a jugar 28:29 minutos por encuentro. En esta subida de minutos, ha pasado de dar 2 asistencias a dar 3.5 asistencias de media por partido. Además, desde la ausencia de Ouviña, coge 5 rebotes en cada enfrentamiento, mientras que antes cogía 2.3 por encuentro. Hablar de Leticia Romero es hablar también de efectividad. Es una jugadora que comete muy pocos errores, pero desde su subida de minutos los datos son espectaculares: antes de la lesión de su compañera, el 6.7% de cada 100 posesiones del equipo terminaban en pérdidas de Romero; durante la ausencia de Ouviña solo el 2.8% son pérdidas de la canaria.

 

 

 

Para Valencia Basket, tener una jugadora capaz de cambiar de rol según la necesidad del equipo es un tesoro. Antes de la lesión de la base zaragozana, Leti Romero anotaba cuando estaba en pista el 26.2% de los puntos del equipo y asistía el 10.1% de las canastas. Ahora, ha adaptado su juego para cubrir la baja de Ouviña y anota el 19.1% de los puntos, pero asiste el 15% de los que anota el resto del equipo. Es decir, menos puntos anotados por ella, pero más puntos generados para sus compañeras.

Sin duda, ver a Leticia con este nivel de confianza es una de las mejores noticias que podría darnos el baloncesto nacional, no solo por su calidad, sino porque es un ejemplo de lucha y resiliencia. Caerse 100 veces, levantarse 101. 


 

 

 

 

 

 

Imágenes vía: Alex López y Valencia Basket


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