El presidente de la Federación de Baloncesto, la que más licencias femeninas tiene, explica en AS las claves de ese logro y cómo puede potenciarse el papel de la mujer.
—Primero hay una parte de tradición, pero también otra de trabajo y un aspecto muy importante de promoción.
—¿Cómo lo ha promocionado?
—Nosotros no diferenciamos entre baloncesto masculino y femenino. No somos un país que destaquemos físicamente, pero lo suplimos con talento, competitividad y, sobre todo, con mucho trabajo.
—El 2013, España hizo pleno en los Europeos femeninos.
—Sentí un gran orgullo, pero hay que mantenerse y sigo teniendo muchos retos: en proyectos sociales o en mujer no hemos llegado al 25% de lo que se puede conseguir.
—¿Y eso es?
—Tenemos un producto y hay que darle valor. Debemos mejorar la imagen, aumentar la participación, que se siga apostando por los clubes de base, que el producto sea atractivo para los patrocinadores.
—Hace unas semanas una jugadora de 17 años, Ángela Salvadores, fue tendencia en las redes sociales.
—El deporte femenino es un producto magnífico, un producto que no es un sucedáneo del masculino. El que llegó por casualidad a esa final, se quedó viéndola. A partir de ahí hay que seguir trabajando. No nos vale con que hayan hablado de ella durante un par de días y que después se olviden, que pase igual que en los Juegos, cuando las chicas arrasaron, pero fueron olvidadas poco después.
—¿Qué pudo fallar?
—El deporte está muy masculinizado. Ése es el principal problema. Y también, que la proyección femenina se ha tomado como algo menor. Necesitamos crear ídolos, proyectos... y que esos proyectos sean únicos.
—En el organigrama de la FEB trabajan varias mujeres pero, ¿considera que escasean aún en puestos directivos?
—En nuestra Federación no queremos floreros. Queremos gente que nos ayude a crecer. Creo en la presencia de la mujer en puestos de poder, pero creo en la presencia de esa mujer tipo Ana Muñoz (directora del CSD), que ocupa su cargo por su capacidad, no por su condición. Esa capacidad y esa visión nos ayudarán a crecer.
—Para eso han creado ‘Universo Mujer’. ¿En qué consiste?
—No es un programa social, es una marca bajo la que se engloban muchos proyectos: técnico-deportivos, de formación y salidas laborales, sobre empresa y tendencias... La guinda de ese pastel será la organización del Mundial femenino de 2018.
—Antes habló sobre la necesidad de crear nuevos ídolos.
—Creo que falta la gestión y la puesta en valor de estos. Hay que hacer a la mujer protagonista. En el deporte femenino hay aún demasiado victimismo.
—El baloncesto, por ejemplo, perdió el año pasado a su gran ídolo, Valdemoro, retirada.
—Nuestro reto es dar a conocer a otras Amayas. Que la gente sepa quién son Salvadores, Leti Romero, Ndour... Tenemos grandes historias para configurar un producto muy bonito.
—¿Quién sería en estos momentos la embajadora del deporte femenino?
—Hay muchas deportistas en nuestro país que son referentes. Quizá la mayor es Mireia. Lo importante es poner en valor a estas deportistas.
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