mayo 29, 2015
“Se cierra el ciclo de jugadoras, generación que nos tocó vivir
grandes momentos, ahora es el momento de una generación nueva”,
estas son las palabras de Amaya Valdemoro tras preguntarle por cómo ve a la
selección española femenina.
Ya no están Anna Montañana, Elisa Aguilar, Marta Fernández, Cindy
Lima, Amaya…
Poco a poco han ido colgando las botas y dando paso a “las nuevas”. Y si hay
alguien que confía en el futuro de esta selección es Amaya: “Las
generaciones que vienen ahora nos van a dar mil patadas a la mía. Astou Ndour,
Angela Salvadores, todas ellas tienen la cabeza muy bien amueblada”.
Entre todas ellas, le preguntamos por una que, tras esta temporada, ha
alcanzado el nivel de protagonismo suficiente como para representar a esa nueva
España que viene en el baloncesto femenino. Nos referimos a Leticia
Romero, jugadora de Florida State que llegó a la Final Four de la NCAA.
Empezó en diciembre, más tarde que el resto. Fue el 24 cuando se hizo oficial la
elegibilidad de Leticia para Florida State, es decir, dejaba de ser red shirt y
podía volver a jugar.
Desde entonces, su equipo fue creciendo hasta casi acariciar el título. Su
nombre, en todas las portadas. Incluso en ESPN. Amaya Valdemoro nos cuenta cómo
la ve: “La conozco desde cuando debutó, tenia 15 años, no se la conocía.
Leticia es una jugadora que va a crear una generación que va a
dominar. Tendrá posibilidad en estos años de poder optar al título. He
ido a USA y no hacen nada mas que hablar de Leticia, el impacto, cómo juega.
Super tranquila, ha pegado un cambio tremendo, está muy fina. Una de las cosas
que se teme es que cuando se van a USA engordan y se ponen fuertes. Pero está
fina. Tiene un futuro tremendo, cuando salga de la universidad…”
¿Ve en Leticia a la Amaya del pasado? “El alero depende de su finura, yo
podía ser buena pero si no metías puntos mi trabajo no estaba bien hecho. Un
base puede dominar, es la extensión del entrenador. Se hará su propio nombre. El
año pasado con España jugó poco y lo que jugaba se veía que estaba al nivel de
cualquier base. El impacto es tremendo, es tranquila, domina el juego, usa el
cuerpo, tiene un ‘timing’ fenomenal. Puede mandar mucho. Es una base que hace
daño”.
Y termina: “Ojalá consiga todo lo que se proponga, dentro de 10
años mi nombre dejará de ser tanto nombre y ellas ganarán haciendo cosas. Estas
jugadores que están ahora”.
Ojalá sea así, porque se confirmará que no solo su generación será la mejor
en la historia del baloncesto femenino español. Sino que habrá dos que sean las
mejores.
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